martes, 6 de agosto de 2013

Pierre Bourdieu, "Argelia 60"

De antemano, su origen social no le preparaba un lugar cómodo y resultó ser la excepción a la regla de la transmisión cultural en la relación existente entre institución escolar, cultura y sociedad.  Hijo de un cartero y de una trabajadora agrícola, Pierre Félix Bourdieu, nació el 1º de agosto de 1930 en un pueblito llamado Denguin, de la región de Bearne, Francia.
Los primeros años de formación los realizó en un colegio pupilo porque la distancia entre la escuela y su casa era poco menos que veinte kilómetros. Y por aquella época, hacer ese recorrido todos los días, ida y vuelta, no era tan ameno como en los tiempos que siguieron.
El secundario lo hizo en el Liceo Louis Barthou, en la región de Pau. Ya adulto, cuando le preguntaron por su experiencia escolar juvenil, haciendo referencia al carácter disciplinario antes que académico Bourdieu respondió: “¡aquel que ha conocido el internado a los doce años conoce casi toda la vida!”.
Luego de finalizar los estudios medios, debido a su gran rendimiento escolar, por recomendación de un profesor y con el incondicional apoyo de su padre, se inscribió en el liceo Louis-le-Grand para la evaluación de ingreso a la universidad. Aprobó y continuó sus estudios en la prestigiosa Escuela Normal Superior.
A los 24 años obtuvo su título de Profesor en Filosofía. Entre sus docentes, tuvo Claude Lèvi-Strauss y entre sus compañeros a Jacques Derrida.

La mala conducta

El Estado francés lo convoca a participar en una sus instituciones más rígidas: el servicio militar obligatorio. Bourdieu tiene que formar fila en Versalles, llevando a cabo tareas administrativas. Pero no duró mucho tiempo en ese regimiento; existen dos versiones de su traslado.

Una: por esos años Bourdieu ya estaba muy comprometido con la cuestión política. Que interesado por la situación argelina, el proceso de descolonización y revuelta que ya se había iniciado, le descubrieron en el regimiento un número de la revista L’ Express que había sido censurado por tratar dicha cuestión de manera “anti-patriótica”. Cabe decir que la mayoría de la sociedad francesa miraba para otro lado respecto a este delicado asunto. Como castigo, el Ejército decidió enviarlo a la colonia insurrecta: Argelia, que fue uno de los últimos países africanos en obtener la independencia.

Dos: la otra versión dice que Bourdieu incurría en numerosos actos de indisciplina con el fin de llamar la atención de sus superiores para lograr el “castigo deseado”: ser enviado a Argelia y una vez establecido allí, poder llevar a cabo sus investigaciones, trabajos de campo.

Bourdieu en Cabilia

En Argelia cumplió dos años más del servicio militar obligatorio y en lugar de regresar, se quedó otros dos dando clases como profesor de Filosofía en la Facultad de Argel. En Cabilia se valió de la etnografía, de  herramientas estadísticas, esta última fundamental en sus posteriores investigaciones de campo como se da en “Los Herederos” y  “La Distinción”, por citar sólo dos de sus trabajos más importantes.
Regresó a Francia en 1960, cuando un grupo de generales franceses quisieron retomar el control absoluto de Argelia mediante un golpe militar que no prosperó.
El resto de la historia de Bourdieu es la más conocida. Instalado nuevamente en Francia, es nombrado asistente de Raymond Aron. Luego, dictó clases en la Universidad de Lille. De la filosofía pasó a dedicarse a la sociología. En 1968 fundó el Centro de Sociología de la Educación y la Cultura. Inició una serie de rupturas irreconciliables con paradigmas anteriores: el mecanicismo estructuralista, el estructuralismo de Lèvi-Strauss, el estructuralismo marxista, la fenomenología filosófica de Husserl y Merleau-Ponty, la sociología de Durkheim y Weber.
Fundó una nueva sociología: el constructivismo estructuralista. Nociones como campo, capital y habitus son sus grandes aportes, entre tantos otros conceptos e ideas. En 1981 fue nombrado Profesor Titular de Sociología del Collège de France, el puesto académico más prestigioso de ese país, cátedra que dictó hasta su muerte en enero de 2002.

Bourdieu y Argelia 60

Pero quizás nada de esto no hubiera sucedido si Argelia no se hubiera cruzado en el camino de Bourdieu. Este libro toma como objeto de análisis la discordancia entre los esquemas de percepción, apreciación y acción social (habitus) y las estructuras económicas cambiantes de la sociedad argelina de los años sesenta. El pasaje de una sociedad precapitalista a una capitalista, sus transformaciones, hace convivir en un mismo individuo social  disposiciones internas y maneras de ver el mundo que corresponden a estructuras económicas diferentes.
De cómo a los habitantes de Cabilia se le hace cambiar abruptamente sus prácticas referidas a la utilización del tiempo, de los vínculos laborales, de la economía a partir de la adopción del dinero como signo, de valor y cambio, y de la desconfianza hacia el uso e intercambio monetario debido a su alto nivel de abstracción.
“Es mucho más fácil administrar “razonablemente” reservas de bienes de consumo que distribuir a lo largo de todo un mes una suma de dinero o establecer una jerarquía racional de necesidades y gastos: sin dudas, la propensión a consumirlo todo es infinitamente más pequeña que la inclinación a utilizar de golpe todo el dinero que se posee. Los cabilas guardan el trigo o la cebada en grandes tinajas perforadas con agujeros a diferentes alturas, y la buena ama de casa, responsable de la gestión de las reservas sabe que cuando el grano desciende por debajo del agujero central, es importante moderar el consumo: el cálculo, como se ve, se hace solo y la tinaja es como un reloj de arena que permite percibir en cada momento lo que queda y lo que no”.
En relación a esto, Bourdieu también nos dice que “es bien sabido que la ineptitud en el manejo de la moneda y la inadaptación a las reglas jurídicas de los habitantes rurales han contribuido en gran medida a acelerar el movimiento de desposeimiento territorial”. Clink-Caja.

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